2 de mayo de 2010

Nuestra historia multiautor. Versión corregida y final.

Es decir, empezó perfecto porque hacía mucho calor y el cielo estaba despejado. Por lo tanto, Lucía iba a ir a la playa con amigos de la universidad. Cuando llegaron a la playa, había muchísima gente y no se encontraban cómodos. Por eso, decidieron ir a una cala cercana en la que solía haber menos gente. Lo estaban pasando muy bien, mirando chicos guapos, comentando a estos anteriores, nadando en el mar, poniéndose morenos, etc. Era el último día de libertad sin preocupaciones por los exámenes, sin embargo, el día siguiente, sería un día para estudiar. Al momento ocurrió lo siguiente; una amiga de Lucia, Moira, gritó: - Ayúdame, ayúdame, estoy ahogándome, hay algo que me arrastra abajo. Toda la gente flipaba pero afortunadamente había un chico valiente que corrió al agua para rescatar a Moira. Era un hombre raro, Lucía ya lo había visto varias veces pero él nunca había dicho nada a ninguna persona. Es importante contar que Moira tenía novio aunque la relación no era muy fuerte e iba a romper igual. Entonces, el chico que tenía la intención a salvar Moira no era su novio. Moira todavía estaba gritando y a veces desaparecía debajo la superficie del agua. El ver al chico solo nadar hacia Moira les daba vergüenza a los otros chicos machistas y ellos siguieron el buen ejemplo y bucearon en el agua. Cuando el primer chico (vamos a denominarlo “el mudo”) llegó, Moira estaba agotada de pelear contra la fuerza anónima. La arrastró en la dirección de la playa y por un milagro “la fuerza” se fue. Entonces, de vuelta a la playa, la gente miraba la pierna de Moira. Había la prueba de los dientes de un animal, pero no estaba herida. Después del susto, Moira tuvo muchísima rabia. Su propio novio era el único chico que no había ido a rescatarla. Inmediatamente ella pidió al mudo si quería salir con ella aquella noche. Lucía tenía sus dudas sobre ese chico pero si, al final, la había salvado. Lucía nunca habría podido predecir que sucedería aquella noche... entonces...
...Lucía fue a su casa y no le era posible parar de pensar en el "mudo". Pensaba, pensaba y solo recordaba al chico más hermoso de todos. El guapo que la había rescatado del mar... - ¿Que pása? ¡Que confusión! ¡Tranquila, mujer! - Pensaba, Lucía. Cuando, escuchó un sonido...rinnnnggg.....rinnnggg.... Su ex novio siempre muy malo y muyyyy feo estaba llamándola al teléfono...
"Ex Novio, el feo": ¡Mi cariño, te quiero! ¡Vuelve a mis brazos! ¡Te necesito! Y lloraba...
Lucía: "¡Ya no te quiero más! ¡Tienes que olvidarme! ... ¡Un hombre, que no es hombre de verdad a mi no me vale! Ciao, ex novio muy feooo"
Y cuando escogía su vestido para salir...
...Lucía se dio cuenta de que su vestido preferido ya no estaba en el armario. ¿Dónde lo había dejado? Andando a la cocina, de repente Lucía vio que la ventana estaba rota. ¿Qué pasó? ¿Un animal? ¿Niños jugando? Lucía no tenía ninguna idea. Pero había algo en el suelo... una parte de la pulsera de su ex novio. ¿Miguel? ¿Miguel rompió la ventana y robó su vestido? Y de repente...
Y de repente ha visto que Miguel robó más cosas, no solo este bonito vestido ¡¡¡también los zapatos rosas!!!! Lucía quiso llamar a policía pero en este momento la llamó una amiga y le dijo en confiaza que había visto a Miguel en el centro comercial con una mujer que llevaba el mismo vestido que Lucía y los mismos zapatos. Lucía en el acto fue al centro comercial y los vio en una cafetería, pensaba mucho y... ¿llamaría a la policía? ¿Era Miguel el que había robado sus vestidos? ¿Qué pasaba por su cabeza? ¡Lucía estaba casi llorando! Cinco minutos después la policía llegó. Eran dos guardias. Un guardia viejo y un guardia joven. Un guardia joven, attractivo, bien parecido... ¡el guardia era GUAPO!
Para Lucía fue amor a primera vista. Estaba olvidando a Miguel. Estaba olvidando su ropa. Estaba olvidando la mujer y el robo. Ella trató de explicar la situación y la razón de su llamada, pero no podía pensar. Cuando se despertó de su sueño, empezó a pensar en Miguel y la mujer, pero se dio cuenta de que...
La única cosa buena en esta situacion era que el vestido robado no le quedaba bien a su nueva dueña. La chica, aunque guapa, estaba obvimente más gorda que Lucía, no podía respirar normalmente porque el vestido la estrangulaba y además le hacían unos pliegues horribles. Pero estaba intentando sonreír a Miguel y parecer feliz con el regalo recibido de él. “Quiere estar guapa para este ladrón”, pensaba Lucía y sentía algo parecido a simpatía hacia esta pobre chica. Por eso, les dijo a los guardias que habían llegado demasiado tarde y el chico ladrón se había ido. Lucía no quería más tristeza y vergüenza para la chica vestida con la ropa robada, bebiendo café con un ladrón. Solo quería ayudarla, advertirla sobre Miguel. Entonces empezó a pensar como contactar con ella y si, tenía una idea, solo había que…

- ¿Qué…? ¿Qué…? El policía guapo ¿era un sueño o no? ¿Miguel? ¿El vestido? Se despertó y todo había resultado ser un mal sueño… Lucía se había quedado dormida en la playa y nada de lo que había soñado había ocurrido. Le dolía muchísimo la cabeza por haberse dormido al sol, se había quemado un montón, estaba roja como un tomate, y solo se consoló al ver chicos guapos jugando al fútbol delante de ella.

1 comentario:

  1. estamos muy crativos y pienso que podemos escribir juntos un libro ;) y seramos ricos :P

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